Que alguien salve a la galaxia

Star Wars se juega el futuro en El ascenso de Skywalker. El destino de una chatarrera galáctica es lo único que se interpone entre el triunfo de la franquicia y la furia de los fanáticos. Que la Fuerza la acompañe.

- Por Luis Miguel Cruz

Hubo un tiempo en que la conexión de Star Wars con sus seguidores parecía inquebrantable. El camino no estuvo exento de tropezones, incluso críticas, pero nada podía contra el afecto incondicional que el público sentía por la galaxia lejana, una sensación que era especialmente palpable durante el cierre de las distintas trilogías.

Los tiempos, sin embargo, han cambiado y la saga que alguna vez fue caracterizada por la esperanza, hoy parece dominada por la duda, el miedo y la incertidumbre, tras dos secuelas que han batallado por reafirmar los vínculos. El destino de la franquicia parece quedar en manos de El ascenso de Skywalker, última cinta de la tercera trilogía, la cual tendrá la dura misión de atar los cabos sueltos y aclarar las irregularidades surgidas en los episodios anteriores, para finalmente reconectar con la audiencia como hiciera el filme original en 1977. Se trata de un punto de no retorno, donde los meros “intentos” ya no serán suficientes; o como dijera un viejo conocido, “hazlo o no lo hagas”.

La misión que tiene la siguiente película protagonizada por Rey (Daisy Ridley) implicará rescatar la esencia de la saga, perdida para muchos aficionados desde que Disney adquirió Lucasfilm en 2012. La propiedad batalló desde el inicio para encontrar el equilibrio, con El despertar de la Fuerza visto como una calca de Una nueva esperanza y Los últimos Jedi considerada un ultraje al mito original.