Los Bunkers – Tiempos templados para volver

Apretujados en un sofá, observan la pantalla de la laptop mientras se admiran ante sus viejos atuendos. Analizan el videoclip de “No me hables de sufrir” recordando cómo eran las cosas veinte años atrás, cuando estaban por editar Vida de perros para alcanzar un trajín frenético que, sin remedio, los llevaría a ponerle pausa a su carrera nueve años después. Increíble pero cierto, contra todo pronóstico del tiempo Los Bunkers están juntos, están de vuelta, con música flamante y una gira que legitima el apelativo de clásico que porta su temario. “Ahora todo está más templado”, apuntan, asomándose al espejo negro digital; “y es bonito vivirlo así, ¿cachái? Saboreamos más”.

- Por Alejandro González Castillo. Fotos de Rubén Márquez

Reunidos en un departamento de la colonia Roma, los hermanos Mauricio y Francisco Durán, Álvaro y Gonzalo López y Mauricio Basualto, ríen francos al evocar sus primeros días en México. Fue alrededor de dos décadas atrás cuando comenzaron a hacerse de una fama como “hijos pródigos del Estado de México”, ellos mismos aluden, recorriendo Ecatepunk y toda la periferia capitalina sin miedo alguno, con sus instrumentos a cuestas, presentándose ante “un público bravo”, asiduo a “lugares muy extraños”. Espacios estos donde los de Concepción fueron recibidos con palmas y abrazos para así regar un prestigio que pronto los llevaría a triunfar en el Vive Latino así como a acumular elogios en toda Latinoamérica. Los Bunkers trabajaron como pocos desde entonces. En ese sentido, no se les puede hablar de sufrir: llegaron a la cima sin discriminar escenario alguno.