¿Por qué practicar en casa?

Para casi todo el mundo, hacer Yoga significa ir a clase. ¿Practicas en casa? Eso ya cuesta más. Imposible. Además es muy solitario. Pero he aquí la verdad: no cuesta tanto comenzar una práctica en casa, y las ventajas son infinitas. Es donde realmente aprenderás a avanzar a tu propio ritmo, a escuchar y responder a tu cuerpo, y a desarrollar mayor disciplina en el asana.

- Por Jason Crandell. Fotos por Joe Hancock y Jeff Nelson

EL PRIMER DÍA DE MI curso de forma-ción para profesor sentí algo similar a una crisis existencial. No tenía nada que ver con el despertar de la kundalini ni con darme cuenta de mi verdadera esencia. Por des-gracia, se trataba de algo más mundano. Me pasó cuando reconocí, que para poder participar en el programa, debía estar dispuesto a tener mi propia práctica en casa. «Cuando despliegues la esterilla en casa –me decían– descubrirás la libertad de experimentar, de evolucionar y de convertirte en tu mejor profesor posible».

A los pocos días, cuando por primera vez desplegué la esterilla en casa, quise salir corriendo. Hasta entonces, mi idea del Yoga estaba ligada a la asistencia a una clase, que es algo como que te lleven en coche por la ciudad, sentado cómodamente y disfrutando del paisaje. La práctica en casa era algo totalmente novedoso para mí. Era como si alguien me diese las llaves de un coche pero sin tener destino a donde ir. Sabía que esta experiencia sería poderosa para mi libertad, pero era reacio a emprenderla solo. Tenía miedo a perderme.

Desde aquel día, he hablado mucho con amigos y alumnos acerca de las prácticas en casa y sé que no estoy solo. Muchos nos resistimos, incluso después de reconocer sus beneficios. Nos decimos que no tenemos ni espacio ni tiempo, o que no sabemos qué hacer. O simplemente nos aferramos a una visión idealizada de la práctica perfecta en casa y nos sentimos culpables al ver que la realidad no concuerda con dicha ilusión.