Timothée Chalamet – Coming of Age

En el cine existe un tipo de cintas-casi como un género- llamadas coming of age, en las cuales vemos a los o las protagonistas alcanzar la madurez, con todo lo que ello implica. Ahora, Timothée Chalamet se sincera con GQ y habla con franqueza acerca de este proceso, durante el cual dio un giro profesional, descubrió a un grupo de colegas creativos y aprendió a aceptar su espíritu de rebeldía.

- By Daniel Riley. Photographs by Cass Bird. Styled by Heidi Bivens.

"NI SIQUIERA SÉ SI QUIERO compartir esto contigo porque es muy íntimo, pero como actor, en tu mente vives en una especie de mesa de comedor en la que están sentadas unas 30 personalidades diferentes, y tratas de atenderlas a todas sin volverte loco", confiesa Timothée Chalamet. En esa mesa se reúnen los distintos personajes que ha encarnado en el cine, pero también las versiones de sí mismo que se han construido en público y le han hecho eco. Las versiones construidas a partir de la verdad. Las versiones construidas a partir de conjeturas. Las versiones construidas a partir de la mentira. Y, por último, la persona que realmente es y que está debajo de todo eso. "Y cuando esa persona no correspondía con las primeras, entonces las cosas podían ponerse muy locas", continúa.

El verano pasado, ya entrada la noche, Timothée Chalamet -el verdadero- se acercó a mi departamento en el centro de Manhattan. Hacía un calor abrasador y él vestía una hoodie y una chamarra de denim.

Capas. También llevaba una máscara, un vestigio de muchos como él, aunque una máscara en público, y de noche, atrae más miradas de las que elude. Caminaba con energía, con libertad de movimiento.

En estos días prefiere merodear por su ciudad de noche, como Batman, cuando puede moverse fácilmente entre las sombras.

Batman tiene hambre. "¿Sabes dónde puedo comprar un sándwich?", me pregunta.

Caminamos un poco y levanta la mirada.