Picasso y la fotografía

El artista fue visto por las lentes más destacadas de su tiempo en instantáneas que cimentaron su posición como una de las celebridades más grandes del siglo XX.

- Asier Mensuro

PICASSO con la actriz Brigitte Bardot.

Cannes, 1957: la localidad francesa capta la atención del mundo en una nueva edición de su festival de cine. Por la alfombra roja ese año desfilan luminarias como Elizabeth Taylor, Brigitte Bardot o Federico Fellini y Gullieta Masina, pero el objetivo al que buscan todas las cámaras es el malagueño Pablo Ruiz Picasso. El fotógrafo David Douglas Duncan capta el momento en una prodigiosa instantánea en la que el pintor, de espaldas, posa tranquilo y seguro ante el auténtico enjambre de paparazzi que lo rodea.

Y es que la imagen del propio Picasso es un ícono tan conocido como las más celebres de sus pinturas; no en vano se trata del pintor más retratado de la historia. Los ojos de Picasso siempre tuvieron una profundidad infinita, y si es cierto que "son el espejo del alma”, al sumergirse en ellos se aprecia esa "chispa" que distingue a los genios del común de los mortales. El malagueño encarna mejor que cualquier otro (con permiso de Warhol y Dalí) la imagen del artista de vanguardia, y precede al estadounidense y al catalán al construir consciente y concienzudamente su imagen pública como artista a través de la fotografía y el cine.

Picasso y su taller

A Picasso lo han retratado los más grandes: Man Ray, Brassaï, Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Robert Doisneau, Richard Avedon, Irving Penn, Lucien Clergue y un largo etcétera de maestros que prueban la importancia del pintor como una de las celebridades fundamentales del siglo XX.