Laborar entre voces

Conseguir trabajo, ese ritual tan elemental para solventar nuestras necesidades básicas nos hace ver la necesidad de replantearnos las cosas una vez más y cómo la realidad no siempre es lo que ambicionamos.

- Bris Ibarra

Algo que ha estado navegando por mi mente últimamente es mi profesión, lo que hago con amor y compromiso todos los días y que tantas satisfacciones me da. Profundizo, me dedico, en medida de mis posibilidades, a educar mentes pequeñas, a asegurarme de que aprendan a leer, multiplicar, ubicarse en un mapa y a diferenciar el bien del mal entre muchas cosas más. Pero a pesar de que lo hago con todo el respeto y convicción creo que en cualquier relación hay una diferencia enorme entre amar y estar enamorado, yo llegué a la conclusión de que amo mi profesión, pero me cuestiono constantemente sobre si estoy enamorada.

Situaciones como la mía son muy comunes en personas de mi edad, y probablemente de todas las edades. Creo que se habla poco al respecto porque a nadie le gusta admitir que nos sentimos perdidos, ni estamos listos para “desperdiciar” los años que estudiamos o la antigüedad que construimos en una empresa. Ponemos nuestra mejor cara mientras vivimos en secreto con la duda y la incertidumbre de que tal vez existe un trabajo que nos haría sentir más plenxs o una empresa que nos haría crecer más. Tenemos miedo de que nuestra verdadera pasión no sea lo suficiente para darnos lo que muchxs consideran una vida digna.