Hora De Sanar

Si después de saber todo esto le sigues reprochando a tu mamá tanto faltas y carencias como omisio-nes inconscientes o hasta intromisiones y abu-sos lastimosos, necesitas seguir leyendo.

- Tere Díaz

Si después de saber todo esto le sigues reprochando a tu mamá tanto faltas y carencias como omisio-nes inconscientes o hasta intromisiones y abu-sos lastimosos, necesitas seguir leyendo. Con una mamá que nos hirió profundamente pasamos la mitad del tiempo queriendo entre olvidar y perdonar el efecto que tuvo en nuestra vida. Es normal querer actualizar nuestra relación con ella sin culpa, siempre con la esperanza de poder ser madre y mujer de un mejor modo. Pero es difícil lograrlo cuando nos la pasamos criticando y reclamando sin saber el contexto previo, con una conducta de adolescente; del mismo modo que callar, soportar y estar dispuestos a tolerar abusos sin razón son conductas que, como adultos, ya no podemos justifi car.

CAMBIA LA HISTORIA

Resignifi ca lo vivido, pon límites a lo que te lastima y, literalmente, retírate si consideras que algo es inaceptable o no lo puedes manejar.

1. Reconsidera lo que es para ti “una buena madre”. Tenemos expectativas idealizadas de la incondicionalidad, abnegación y entrega que necesita tener una madre. Esas son solo imágenes socialmente construidas e inalcanzables, no lo que es una maternidad sana.

2. Reconoce lo que genuinamente te lastimó. Como adulto (y no como niño herido), acepta lo que te faltó, lo que te dolió, lo que pediste y nunca llegó. Es el primer paso para perdonar.

3. No la compares contigo. Seguramente tú tienes información, recursos y posibilidades que ella no tenía. Eso no signifi ca que no te haya lastimado, pero uno juega con las cartas que le da la vida. De nada sirve pensar lo que ella pudo haber hecho hace 15, 20 o 40 años; mejor piensa lo que tú sí puedes hacer hoy.