Saber ms de un idioma no solo sirve para comunicarnos cuando viajamos o en la chamba. Literalmente, cambia la manera en la que pensamos, ampla la capacidad de concentracin y hasta retrasa el envejecimiento cerebral.
Ya te dijimos en las moi 30, 35 y 42 las ventajas de aprender otro idioma. También que necesitamos una maquinaria neuronal impresionante, creativa e innovadora para manejar más de uno porque implica tres procesos simultáneos: selección (escogemos las palabras/sonidos que queremos usar), ordenamiento (las colocamos de una manera que tengan sentido) y producción (ejecutamos los movimientos articulatorios), todos relacionados con el área de Broca (procesamiento y producción del lenguaje) y la de Wernicke (comprensión e interpretación). Imagínate, entonces, todo lo que pasa en el cerebro de los bilingües.
LA PRÁCTICA HACE AL MAESTRO
Hablar uno o dos idiomas es una habilidad cognitiva y, como tal, requiere de mucha práctica para adquirir todo el sistema de reglas y sonidos necesarios para interpretar y producir frases de manera efectiva. La forma en la que aprendemos una lengua depende de tres factores: la edad, qué tan bien lo comprendemos y el control cognitivo que tengamos de él.
EL CEREBRO BILINGÜE…
Tiene mayor densidad de materia gris, lo que implica mejor memoria, atención, inteligencia y capacidad de abstracción. Si son dos idiomas muy distintos entre sí, el patrón cerebral se modifica aún más, porque debe ejercer mejor control para no mezclarlos y dominar diferentes gramáticas, letras y sonidos.
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