¿Y la perfección, 'apá?

Seguro crees que contestar que eres “súper perfeccionista” en una entrevista de trabajo es la mejor respuesta cuando te preguntan tu peor defecto, pero ¿qué crees? Es un defecto que te puede complicar muchísimo la vida.

- Por Joseph Estavillo

No son ni las ocho de la mañana y ya te cambiaste tres veces de camisa; por supuesto, aún no decides exactamente lo que quieres desayunar. Vas camino al trabajo y encuentras un tráfico infernal, resultado de un sistema de transporte inmundo, calles con baches y señalamientos que hasta te pierden. Llegas a la oficina y hay que lidiar con clientes o proveedores, con una serie de problemas infinitos por culpa de servicios o productos imperfectos. Después de este día tan espantoso, estás en tu casa y quieres ayudar a tus hijos con sus tareas, pero, qué bruto, los maestros son malísimos. Por fin te vas a dormir, pero ¿qué crees?, tu descanso tampoco va a ser perfecto.

Nada cumple con tus expectativas y es que estás rodeado de la promesa falsa de que la perfección es real y alcanzable. Los medios de comunicación (y ahora las redes sociales) nos bombardean constantemente con mensajes del cuerpo perfecto, la chamba perfecta, las vacaciones perfectas, la pareja perfecta. El resultado es que muchos se pasan la vida buscando esa supuesta perfección y, además, portan con orgullo el título de “perfeccionistas”.